¿Cuál es el peligro de negarse a perdonar que afecta tu salud física y mental?

El peligro de negarse a perdonar siempre estará ahí, tanto para ti mismo como para tus relaciones interpersonales. Cuando nos negamos a perdonar, estamos atrapados en el pasado, y eso nos impide vivir en el presente. El rencor y la amargura que sentimos son tóxicos, y pueden destruir nuestra salud física y mental.

También pueden dañar nuestras relaciones, haciéndolas más difíciles y tensas.

El perdón no es fácil, pero es necesario si quieres avanzar. Al perdonar, te liberas del dolor del pasado, y puedes empezar a vivir de nuevo.

¿Cuál es el peligro de negarse a perdonar?

Veámoslo a través de varios ejemplos y reflexiones para perdonar y olvidar:

1. El veneno de la falta de perdón

Danya fue engañada una vez por su esposo. Siguió adelante con su vida y debido a que se aferró a la ira, esto se reflejó en futuras relaciones que podrían haber funcionado bien para ella. Antes de que los hombres pudieran demostrar su amor por ella, su ira la hizo actuar de una manera que realmente los ahuyentaba.



Encarcelas tu corazón cuando no puedes perdonar. Danya revisaba los bolsillos de su pareja. Buscaba problemas incluso si no los había porque no podía aceptar que la gente pudiera ser buena con ella. Al hacerlo, se minimizó a sí misma y se hizo menos valiosa como pareja.

Gaby, por otro lado, miró la situación desde una postura diferente. Amaba a su esposo y aceptaba, después del dolor inicial, que había contribuido de alguna manera a la ruptura de su matrimonio. Esto le hizo sentir algo de arrepentimiento.

En lugar de amargarse, usó su experiencia para aprender cómo convertirse en una mejor persona en el futuro. Pudo liberarse de todas las connotaciones negativas asociadas a la culpa, usando la experiencia negativa para ayudarla a crecer emocionalmente y mantener unida a su familia.

2. El encarcelamiento de la falta de perdón

Cuando no puedes perdonar, te encarcelas a ti mismo, en lugar de a la persona a la que no puedes perdonar. Sufres de ira, odio, negatividad, falta de confianza y todas las cosas que te hacen menos persona.

Incluso si alguien te ha hecho daño injustamente, si puedes dejar de lado todos estos sentimientos, te vuelves más fuerte sin endurecerte a la vida. Conservas tu inocencia y aprendes que tu método para lidiar con las emociones negativas te sirve de una manera mucho más positiva. Si alguien te hizo daño, no dejes que su mal se convierta en el tuyo. Déjate llevar y sigue adelante.

Es más fácil sucumbir a la adicción cuando no puedes perdonar. Te escondes detrás de los antidepresivos o quizás recurres al alcohol porque te saca de ese incómodo espacio que tú creaste para ti.

Aquellos que no son compasivos ven la ira y el resentimiento como un estado mental normal. Lo extraño es que cuando logras soltarlo, cambias tanto por fuera como por dentro. Te ves más feliz y atraes a personas más felices a tu vida. Demostrado por el estudio bíblico.

3. Caes en distracciones y adicciones que afectan tu salud física y emocional





El sentimiento que tienes en tu corazón se refleja en el exterior y te muestra cómo ser una persona compasiva y empática, haciéndote así una mejor persona.

El peligro de negarse a perdonar es que te aferras a las adicciones que usas como refuerzo para evitar que te vuelvan a lastimar y creas aún más tensión en tu vida y tienes más cosas que perdonar o por las que ser perdonado.

Es un círculo vicioso y un vaso de tu bebida favorita no te ayudará a largo plazo a cambiar algo dentro de ti que es fundamentalmente defectuoso. Cuando aprendes a perdonar, te curas de ese daño.

El cuerpo de un ser humano está compuesto de energía. Debes haber sentido esa energía cuando estás en compañía de personas que están enojadas. El escenario ideal es alejarse lo más posible de esa ira.

Cuando no puedes perdonar, emites esta energía negativa y las personas a tu alrededor te evitarán por eso. Aunque hayas sido víctima de algo que ni siquiera pediste, tu estado de víctima se acelera cuando no puedes seguir adelante y perdonar.

Pedir disculpas es una señal de fortaleza de las almas valientes, no de debilidad

Una de las principales razones por las que las personas esperan una disculpa es que sienten que vilipendia la mala acción por parte del ofensor. La disculpa es el reconocimiento de la mala acción.

Sin embargo, muy a menudo en nuestras vidas, vemos cosas que otros no ven.

Adrián lo explica muy bien cuando habla de su padre. Adrián sintió la mayor parte de su vida que no estaba a la altura de las expectativas de su padre. La ira que llevaba consigo se prolongó durante años.

Durante los años de crecimiento, Adrián quería que su padre se disculpara por todas las cosas por las que le había hecho pasar cuando era niño. El hecho era que el padre de Adrián ni siquiera sabía que había hecho algo malo.

El hecho es que la gente no siempre se da cuenta de sus pecados. Adrián había acumulado esta ira hacia su padre que no era razonable. Y aquí está la ironía. Cuando el propio Adrián se convirtió en padre, se dio cuenta de que le estaba haciendo exactamente lo mismo a su hijo. No fue maltrato en absoluto. Estas acciones fueron tomadas por el cuidado de su hijo.

Cuando logró poner todo esto en perspectiva y dejar de lado su amargura, logró perdonar a su padre e intentar hacer que la relación fuera mucho más fuerte.

Cuando no puedes perdonar, haces de tu propia vida una miseria y, la mayor parte del tiempo, aquellos que te hicieron daño viven felizmente con sus vidas sin darse cuenta de todos los pensamientos negativos que tienes en tu mente. Por eso es tan importante expresarse y dejarse llevar.

Ponte en los zapatos de otra persona para evitar el peligro de negarse a perdonar




Pruébalo hoy. Llama a alguien con quien hayas perdido el contacto simplemente porque no pudo perdonarte.

Asegúrate de centrar la conversación en torno a ellos, no a ti. Comenzarás a ver que la vida no es unidimensional. Si tienes problemas con este ejercicio, te sugiero que practiques la meditación porque te ayudará a dejar de lado todos los sentimientos negativos que sientes hacia la vida y ver las cosas desde una perspectiva diferente.

Te volverás menos introspectivo y podrás aceptar los comentarios de los demás sin juzgarlos. Eso te ayuda a poder abrazar la compasión de una manera que quizás no hayas podido hacer antes.

Cuando lo haces, toda tu vida cambia para mejor. Y recuerda, perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor.

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